- Di: Él es Allah, Uno.
- Allah, el Señor Absoluto*.
- No ha engendrado ni ha sido engendrado.
- Y no hay nadie que se Le parezca.
- 1. Aquí nos dice como podemos evitar los errores en que han incurrido individuos y pueblos enteros cuando intentaron comprender a Dios. Debemos:
- -En primer lugar, tener claramente presente que Su naturaleza es tan excelsa y desborda de tal modo el ámbito de nuestra capacidad de comprensión que el único modo de barruntarlo es entenderlo como una persona. "Él" no es un concepto puramente filosófico -no. Él está cerca de nosotros, Él cuida de nosotros, a Él le debemos nuestra existencia.
- -En segundo lugar. Él es el Dios Uno y Único, el único a quien debemos tributar nuestra adoración. Todos los restantes seres que podemos concebir no son sino criaturas de Dios y bajo ningún concepto iguales a Él.
- -En tercer lugar, es el Eterno, sin principio ni fin, el Absoluto, no vinculado a ningún tiempo, lugar o circunstancia que pudieram recluirle, es la Realidad ante la que todo lo demás son sólo sombras o reflejos.
- -En cuarto lugar, no debemos imaginarlo como si tuviera un hijo o un padre, porque esto significaría atribuirle rasgos físicos humanos.
- -Y en quinto lugar, no es algo o alguien que seamos capaces de comprender. Sus cualidades y Su naturaleza son absolutamente únicas.
- 2. as-samad- la causa increada de todo ser. Esta palabra aparece una única vez en el Corán y se aplica exclusivamente a Dios. Encierra la idea de la causa primera, de la eternidad, de la esencia absolutamente independiente, unida al concepto de que todo cuanto existe o cabe imaginar debe ser referido a Él como a su origen y depende, por tanto, de Él, tanto para surgir por vez primera a la existencia como para permanecer en ella.
- 3. Esto significa que la realidad de Dios está profundamente enraizada, es eterna y permanece por siempre. Ninguna circunstancia cambiante puede influir en ella. Su característica es la perfección absoluta en todos los tiempos. El nacimiento implica secuencia y multiplicación y alude a un ser en evolución, que sale de la imperfección de la inexistencia. Presupone una unión corporal que insinúa igualdad de naturaleza y de constitución. Nada de todo esto puede aplicarse a Dios. Por consiguiente, la peculiaridad de la unicidad excluye ya de por sí toda paternidad y toda filiación.
- 4. El hecho de que Dios sea uno y único, y ello desde todos los puntos de vista y bajo todos los aspectos, es decir, que carece de principio y de fin, tiene su lógica correspondencia en la constatación paralela de que no hay nadie igual a Él, "comparable" con Él. Queda, pues excluida toda posibilidad de describirle o definirle. La composición de su ser y su esencia es tal que cae fuera del campo de comprensión de las facultades humanas. Se explica así porque toda tentativa por "describir" a Dios, aunque sea sólo a través de representaciones figurativas o de símbolos abstractos, debe ser conceptuada como una negación blasfema de la verdad.
A través de esta constatación se nos previene es especial contra los tipos de razonamiento antropomorfos, es decir, contra la inclinación a representarnos a Dios a nuestra imagen y semejanza, una tendencia arrogante que se desliza siempre, una y otra vez, en todos los tiempos y en todos los pueblos.