"Una persona puede cometer un pecado y entrar en el Paraíso debido a ello, o puede hacer un acto de adoración y entrar en el Infierno debido a ello"
Aquella persona que comete un pecado y sigue pensando en ello, estando de pie, sentado o caminando; recuerda su pecado, entonces se avergüenza y se arrepiente y busca el perdón y lo lamenta, de modo que ese será el medio para su salvación. O como aquella persona que hace una buena acción y sigue pensando en ello estando sentado, de pie o caminando recuerda la buena acción que hizo y se llena de autoadmiración y orgullo, siendo esta una de las causas de su perdición.
El pecado puede ser el factor que lo conduzca a hacer actos de adoración y buenas acciones y cambiar su actitud de modo que él tema a Allah subhanahu wa ta'ala y se sienta tímido y humillado ante Él, con su cabeza baja por la vergüenza y llorando con remordimiento, buscando el perdón de su Señor. Cada uno de estos efectos es mejor para una persona que un acto de adoración que la hace sentirse orgullosa presumiendo y mirando por encima del hombro a la gente (con cierto desprecio).
Indudablemente este pecado es mejor ante Allah y con mayor probabilidad traerá la salvación que uno quien se admira a si mismo y mira a otros sintiéndose superior, y quien piensa que él hace una favor a Allah. Incluso si él dice palabras que indiquen otra cosa que eso; Allah subahanhu wa ta'ala es testigo de lo que hay en su corazón. Tal persona puede que sienta odio hacia la gente si ellos no lo mantienen en alta estima y no se humillan ante él. Si él fuera a examinarse a si mismo honestamente, se daría cuenta.
Ibn al-Qayyim