"La pluma (o sea la sabiduría que inspira los actos humanos) - que escribe los actos humanos dependientes de la Justicia Divina - es retirada de tres personas : el durmiente hasta que se despierte, el niño hasta que se haga mayor y el loco hasta que se cure de su enfermedad mental."
2) La peregrinación es un deber para los que pueden cumplirla, como dice El Corán : "Dios ha impuesto a los hombres la peregrinación a este Templo, a quienquiera que tenga medios para hacerlo."
Los ulemas interpretan estas palabras de Dios como una capacidad, por parte del peregrino, de costear los gastos del viaje y preparar las provisiones necesarias para si mismo y para la familia que queda en la casa. Esta prescripción no concierne, naturalmente, a los habitantes de la Meca y alrededores.
A propósito de esto, debemos recordar los inmensos progresos realizados en materia de comunicaciones, como los trasatlánticos, aviones y trenes. Así, puede decirse que "aquellos que son capaces de hacer el viaje, significa los que tienen medios para pagar los gastos, bastarse por si mismos y dejar lo necesario a los miembros de su familia que están en casa.
3) La peregrinación no es una obligación para los muchachos. Pero si estos acompañan a sus familias, es una acción loable; lo cual no les dispensa de cumplir con la peregrinación una vez que han alcanzado su mayoría de edad.
Si los muchachos no han alcanzado la edad de la razón, sus padres o tutores llevan a cabo por ellos todos los ritos del Hayy. Esto fue practicado por el mismo Profeta, según tradición de Gábir Ibn 'Abd Al-lah. Según Al Sana'áni, el tuter dice, en lugar del muchacho, y hablando de corazón: "le he puesto en estado sacro (ihrám)".
4) En lo que concierne a las mujeres, hay que tener en cuenta ciertas condiciones. Algunos ulemas insisten en el hecho de que las mujeres deben ir acompañadas de un pariente muy próximo, hermano o hijo (mahárim), Otros no son tan categóricos en este punto y declaran que la mujer puede cumplir su peregrinación, tanto vaya acompañada por un próximo pariente, como no.
5) El que muere sin haber llevado a cabo su peregrinación, es liberado de esta obligación si sus descendientes la llevan a cabo por él, con su propio dinero, o si pueden Pedir a uno que la haga por delegación.
6) Si un hombre es incapaz de cumplir la peregrinación a causa de su vejez o de alguna enfermedad incurable, puede escoger una persona y encargarle que la haga en su lugar. Este peregrinación por, delegación no es válida sino en el caso en que la persona designada haya ya realizado el Hayy.