“El Mensajero de Allah (salla Allahu 'alayhi wa Sallam), dijo: “Este mundo es una cárcel para el creyente y un Paraíso para el no creyente”. (Muslim)

"Busqué entre todos mis amigos y no encontré mejor amigo que el que guarda su lengua, pensé sobre la vestimenta y no encontré mejor vestido que la piedad, pensé en todos los tipos de riqueza, pero no encontré mejor satisfacción que en algo pequeño, pensé en todos las clases de buenas obras, y no encontré nada mejor que dar buenos consejos, busqué en todos los tipos de sustentos, y no encontré nada mejor para sustentarme que la paciencia." Umar ibn al Jattab (que Allah este satisfecho de él).

NO DAR IMPORTANCIA A LA DUNIA (Vida mundanal)

En el Nombre de Allah, el Clemente, el Misericordioso

Viernes 9 de Marzo de 2007

Ÿumu’ah, 19 de Safar de 1428


Las alabanzas son para Allah quien nos ha guiado al Camino Recto y nos ha hecho estar entre aquellos que le obedecen, nos ha honrado con el Islam y nos guió a la fe. Que las bendiciones de Allah sean con el sello de Sus Mensajeros y Profetas, aquel que transmitió el Mensaje y cumplió con lo que se le confió, aconsejó sinceramente a su nación y se esforzó valerosamente por la causa de Allah, hasta que le llegó la muerte por orden de Su Señor. Que las bendiciones y la paz de Allah sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.


Dice Allah Altísimo en el Sagrado Qurân: “Sabed que la vida del mundo es en realidad juego y distracción, así como apariencia, jactancia entre vosotros y rivalidad en riqueza e hijos. Es como una lluvia que admira a los sembradores por las plantas que genera, pero que después se secan y las ves amarillentas hasta convertirse en deshecho. En la Última Vida habrá un duro castigo, y también perdón de Allah y beneplácito. La vida del mundo no es más que el disfrute del engaño” (surah del Hierro, ayah 20).


Dijo Abu Dhar (radiallahu ‘anhu): “Me aconsejó mi querido –el Profeta Muhammad (sallallahu ‘aleihi wa sallam)- con cuatro palabras que son para mí más valiosas que este mundo y lo que contiene: “iOh Abu Dhar! Asegura tu barco, porque el mar es muy profundo; aumenta tu provisión, porque el viaje es muy largo; asegura tu carga, porque los obstáculos son difíciles; y haz tus obras con sinceridad por Quien todo lo ve”.


Al aconsejar a Abu Dhar diciendo “Asegura tu barco, porque el mar es muy profundo”, quizás se refería el Profeta (sallallahu ‘aleihi wa sallam) a que el barco representa, en este caso, las buenas obras y que el mar representa la vida mundana (dunia). Eso quiere decir que el dunia, como el mar, casi no tiene fondo; en su superficie tiene utilidad, pero en su profundidad mata y nos atrae con su tranquilidad para adentrarnos en él y, estando ahí, nos sorprende con tormentas y nos deja muertos o, al menos, sin dirección.


Por lo anterior, Luqmán aconsejó a su hijo diciendo: “¡Oh hijo mío! El dunia es como un mar profundo en donde naufragó mucha gente, así que asegura tu barco con el Taqua, asegura su casco con Imân, alza en él las velas del Tawakkul (encomendarse en Allah) y con esto, apenas, te salvarás”.


Debemos recordar siempre que el dunia en si mismo, como medio, no tiene valor ante los ojos de Allah, porque para Él es solamente su prueba hacia nosotros, Sus siervos, y el camino de estos siervos para volver a la Casa Eterna (el Paraíso). Este camino se interrumpe para muchos que caminan hacia Allah, por eso, Allah nunca dio importancia a este dunia desde que Lo creó.


Al mismo tiempo este dunia se presenta como un enemigo, tanto para los amigos como para los enemigos de Allah. En cuanto a los amigos de Allah, este Dunia manifiesta su enemistad con ellos a través de sus adornos, belleza y frescura; los amigos de Allah sentirán la amargura de la paciencia de no ser atrapados por esta belleza. Para los enemigos de Allah, este Dunia manifiesta su enemistad a través de sus trucos y trampas, haciéndolos sentir que están gozando de ellas y logrando objetivos, dejándolos incluso confiar en esta vida mundana, de manera tal que los priva de la felicidad real y los abandona al momento de la muerte. Dice Allah en el Sagrado Qurân:


“Esos son los que han vendido la Otra Vida a cambio de la vida de este mundo. No se les aliviará el castigo ni serán auxiliados.” (surah Al-Baqarah, ayah 86).


En un relato Abdullah lbn ‘Umar (radiallahu ‘anhuma) dijo: “El Mensajero de Allah (sallallahu ‘aleihi wa sallam), me dijo: “Sé en esta vida como si fueras un extranjero o un pasajero”. Abdullah Ibn ‘Umar (radiallahu ‘anhuma) solía decir: “Si te llega la noche, no esperes que te llegue la mañana; y si te llega la mañana no esperes que te llegue la noche. Toma de tu salud para tu enfermedad y de tu vida para tu muerte”.


Se narra que el hijo de Abdullah lbn ‘Umar (radiallahu ‘anhuma) llegó llorando donde su abuelo -‘Umar lbn Al Jattáb (radiallahu ‘anhu)-, que en ese tiempo era el Jalifa de los musulmanes, quien le preguntó por que estaba llorando, el niño dijo: “Porque los niños que estudian el Qurân conmigo se ríen de los parches de mi camisa y dicen: “Miren como viste el nieto del Jalifa”. Cabe hacer notar que en la camisa de ‘Umar (radiallahu ‘anhu) se llegaron a contar hasta once parches.


El Jalifa mandó a pedir al encargado de Baitul-Mal (la tesorería de los musulmanes) cuatro dirhams como préstamos para devolverlos al final del mes. El tesorero le mando a decir: “¡Oh ‘Umar! ¿Desde cuándo te aseguras que vas a vivir hasta el fin del mes? ¿Qué dirías si murieras con esta carga?”. ‘Umar (radiallahu ‘anhu) al escuchar esto lloró y consoló a su nieto diciendo: “Ten paciencia hasta que Allah nos alivie”.


En una ocasión el Profeta Muhammad (sallallahu ‘alaihi wa sallam) fue al mercado y observó a un lado del camino a un cordero de orejas pequeñas que estaba muerto. Lo tomó de una oreja y dijo en voz alta: “¡¿Quién comprará esto por un dirham?!”. Los sahabah dijeron: “Profeta de Allah, ni siquiera vivo lo compraríamos, ¿cómo lo vamos a comprar en este estado y qué podríamos hacer con él?”. Dijo Rasulullah (sallallahu ‘alaihi wa sallam) dijo: “¡Por Allah! que el dunia es más despreciable en los ojos de Allah, que este cordero rechazado por ustedes”.


El Profeta (sallallahu ‘alaihi wa sallam) nunca deseó incrementar su riqueza mundana y dijo: “Allah me ofreció transformar las montañas que rodean a la ciudad de Makkah en oro, para mi uso, le dije: “No Señor, no quiero. Quiero tener lo suficiente en el día para agradecerte y no tener lo suficiente otro día, para pedirte”.


Se narra que vino un hombre pobre a reclamar su pobreza donde Abdullah lbn ‘Umar (radiallahu ‘anhuma), él le preguntó: “¿Tienes una casa donde vivir?” le dijo que si; le preguntó “¿Tienes una mujer a quien amar? ¿Acaso tienes sirvientes o alguien que te ayude?” dijo que si; dijo lbn ‘Umar (radiallahu ‘anhuma): “Entonces eres un hombre rico y vives como los reyes”.


Por eso debemos acordarnos siempre y recordar a nuestra gente, que estamos de viaje en esta vida, que el mar es muy profundo y que debemos reforzar el casco de nuestro barco para que nuestro viaje en él, sea seguro, y eso queridos hermanos, se logra sólo reforzando la fe en Allah y de seguir lo que nos enseñó nuestro querido Profeta Muhammad (sallallahu ‘alaihi wa sallam).


Hermanos y hermanas, roguemos a Allah para que fortalezca nuestro Imân y que haga fácil nuestro pasar por la vida mundana, y nos dé el éxito para trabajar por la otra vida. Amin.

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